Algunos de sus poemas son:
Agua
Balada
Besos
Caricia
Dame la mano
Desolación
Desvelada
Himno al árbol
La mujer estéril
Piececitos
Verano
Yo canto lo que tú amabas
Balada
Besos
Caricia
Dame la mano
Desolación
Desvelada
Himno al árbol
La mujer estéril
Piececitos
Verano
Yo canto lo que tú amabas
Análisis de poemas:
Desolación
La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde
me ha arrojado la mar en su ola de salmuera.
La tierra a la que vine no tiene primavera:
tiene su noche larga que cual madre me esconde.
El viento hace a mi casa su ronda de sollozos
y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito.
Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,
miro morir intensos ocasos dolorosos.
¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido
si más lejos que ella sólo fueron los muertos?
¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto
crecer entre sus brazos y los brazos queridos!
Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto
vienen de tierras donde no están los que no son míos;
sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos
y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos.
Y la interrogación que sube a mi garganta
al mirarlos pasar, me desciende, vencida:
hablan extrañas lenguas y no la conmovida
lengua que en tierras de oro mi pobre madre canta.
Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa;
miro crecer la niebla como el agonizante,
y por no enloquecer no encuentro los instantes,
porque la noche larga ahora tan solo empieza.
Miro el llano extasiado y recojo su duelo,
que viene para ver los paisajes mortales.
La nieve es el semblante que asoma a mis cristales:
¡siempre será su albura bajando de los cielos!
Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada
de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa;
siempre, como el destino que ni mengua ni pasa,
descenderá a cubrirme, terrible y extasiada.
Chile vivió a mediados de siglo XIX lo que llaman una colonización selectiva. El gobierno había abierto sus fronteras para recibir extranjeros católicos que tuvieran mínimamente educación secundaria. Así llegaron los alemanes, imponiendo su lengua y costumbres a las zonas que habitaron. Mistral levanta su voz ante ello, ante la transformación del paisaje afectivo, ante la extrañeza de un espacio que empieza a perder su identidad.
Caricia
Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar...
Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar...
Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar...
El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.
Los ojitos que me diste
me los tengo de gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar...
Gabriela Mistral escribió una serie de poemas con evocación infantil, inspirados en la labor docente que por años realizó. Mistral evoca en este la imagen de la madre y sus caricias de protección absoluta. En los brazos de la madre el niño yace seguro, tranquilo.
Libros:
Poemas de Gabriela Mistral
Ternura
Gabriela Mistral para niños
Tala
Poemas de las madres
Desolación
Sonetos de la muerte
Excelente, añade el de "Caperucita roja"
ResponderEliminar